enero 25, 2013

Sabes que todo anda mal cuando puedes bajarte un pote entero lleno de chantilly sin sentirte culpable, cuando aún habiéndolo terminado quieres más. Te das cuenta de que las cosas no están bien cuando te encuentras nuevamente encerrada en el baño con el filo en mano intentando recordar ese sentimiento de bienestar que te solía causar ese pequeño instrumento metálico. Y de repente, todo pierde sentido, estiras la piel y lo dejas recorrer tu piel como tantas veces lo ha hecho. Sientes el frío del metal entrando en tu piel, ese ardor que invade tu cuerpo y cierras los ojos para proseguir. Repites el proceso un par de veces de cada lado y todo mejora, estás tranquila y ya no tiemblas más, todo parece recobrar su sentido. Miras tu cuerpo y te das cuenta de que las cosas no son como antes, ya no tienes miedo de pasarte de la raya, ya no tienes miedo de que se te escape el control. Pasas el dedo sobre las heridas como siempre, pero hay una en particular que no deja de sangrar, por más veces que presiones y pases por encima, las gotitas siguen brotando del corte como quien se olvidó de cerrar una canilla. Allí están, gorditas y brillantes como nunca antes, ese color rubí intenso que te llena los ojos y te hace imaginar todo tu cuerpo de ese color. No encuentras otra forma que presionar con un algodón, subir el pantalón e ir a sentarte, ignorando el dolor que invade tu cuerpo una vez más.

enero 05, 2013

Se despertó con ese aroma mezcla de mugre y alcohol. Notó que algo colgaba de su cabello, sin abrir los ojos tanteó, por la consistencia parecía ser un chicle. Se quitó el vestido de lentejuelas que apenas llegaba a tapar lo debido, tiró la ropa interior al piso y agarró una toalla. Necesitaba darse una ducha para ir el liceo. Caminó hasta el baño sin que nadie la viera, se arregló un poco el pelo y cortó un posible cerquillo, algo desparejo pero el chicle había desaparecido. Se tomó una ducha y con el pelo mojado y limpio retocó el corte, no quedaba tan mal después de todo. Llegó al cuarto y se puso el tan ridículo uniforme, el que la hacía ver tan inocente. Tiró la ropa sucia dentro del placard junto con los tacos y se fue a la cocina a desayunar. Allí estaban su padre con el periódico, su madre hablándole sin parar y su hermanito de un año sentado en su silla llorando. Nada fuera de lo normal. Nadie sospechó de su paradero de la noche anterior. Tomó una tostada y algo para tomar y se sentó en donde siempre. Miró hacia un costado y allí estaba la televisión prendida como cada día, gastando energía y nada más. Pasaron unos minutos y todavía no habían preguntado acerca de su nuevo look, ni siquiera se habían tomado la molestia de saludarla. Se levantó, beso a su hermano en la cabeza y le susurro al oído: "sé fuerte pequeñin, ya vendré por ti." Cerró la puerta con un golpe seco y empezó a recorrer las 10 cuadras que la separaban del infierno. Otra vez, nadie la había notado en casa, tal vez mañana las cosas sean diferentes.

enero 03, 2013

Cuando una comienza a usar tumblr como en los viejos tiempos se da cuenta de que está arruinada de verdad. Sin siquiera quererlo una va cayendo si no tiene cuidado, es distraerse dos días y la depresión se encarga de ocupar su viejo lugar en tu mente. Como siempre dije, esto es una lucha diaria, no se permiten descansos. Cuando una se toma unos días libres pasan estas cosas, una recae, pero recae rápido. Pero qué podemos hacer? Hasta febrero no visitas al psicólogo ni al psiquiatra, te queda un mes entero para arreglártelas vos solita, porque tampoco pretendes irles con tu problema a tus amigos; para qué? dar lastima? que se llenen hasta la cabeza de tus cosas y se cansen? que se aburran y no te den corte? No. Mucho mejor quedarse con todo y seguirla luchando en silencio, como mejor sabemos hacer.
Primero que nada tenemos que tener en mente una cosa, una recaída no es el fin. Que un día no encuentres mejor solución que encerrarte y castigar a tu piel por ser tan borde, no significa que hayas vuelto a esa vieja rutina. Hay que saber poner límites. Por más que recaer y tentarse se le permite a cualquiera, llegar a hacerlo ya es diferente. Nadie pretende que te mejores de un día para el otro, pero como ya pasaste por eso una vez, tenes que tener los dedos de frente necesarios para entender que no es la forma y que aunque parezca hacerte bien, no lo hace. No es justo que después de meses de lucha tiremos todo por la borda como si nada.