junio 12, 2011

Ella.

Ella ya no sabía que hacer, sin él, sin nadie. Se sentía tan sola aunque pasara el día rodeada de personas. Todos se "preocupaban" por ella, la rodeaban y la atropellaban con preguntas sin sentido, esas del estilo "estás bien?" y ella allí con ganas de responderles " oh si, de maravilla, acaso no me ves la cara de felicidad? " pero claro, no podía hacerlo. Se conformaba con mirarlos durante unos segundos, manteniendo la mirada y luego la volvía al suelo dónde se largaba a pensar. Pensaba en todas las posibilidades de una vida diferente, menos material y superficial, una vida TAN distinta a la suya. Una en la cual la  gente no la mirara por la calle, una en la que de igual su imagen y su dinero, una en la cual solo importara lo que la gente lleva dentro. Vio la idea tan lejana que liberó un suave suspiro, se levantó y se sumergió entre todos los otros robots de la secundaria, todos tan distintos pero tan iguales. La miraban y murmuraban, claro, estaba llorando y ver a alguien como ella llorar no era normal. Él la vio y se quedo mudo, la observó y ella supo lo que pasó por su mente pero siguió de largo por el pasillo hacia la salida, DEBÍA irse de ahí cuanto antes, necesitaba paz. Cruzó por su cabeza la loca idea de teñirse el pelo de algun color chillón, o simplemente cortarselo muy corto pero desistió. Sin saber de donde ni como, recobró fuerzas y volvió hacia atrás, debía enfrentarse a él como sea, aclarar todo y luego, vaya uno a saber que pasaría.

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