Los duendes del arcoiris
Un día de estío, dos nubes pequeñas
por el cielo iban haciendo piruetas;
de tan rápido, chocaron sus cabezas,
rompieron a llorar con grandes rabietas.
El anciano Sol miró con aflicción:
<<No lloréis, niñas, todo tiene solución,
a mis duendes daré notificación
y vuestras lágrimas secarán con atención.>>
Un duende llegó con un traje violeta,
el de color añil llegó en bicicleta;
el verde y el amarillo, en vagoneta;
y el naranja y el rojo, en una avioneta.
Las mil lágrimas de las nubes secaron
y hacia el cielo con afecto las lanzaron.
Con los rayos del Sol un arco formaron
y en él sus gorros mojados colgaron.
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