junio 03, 2011

La última noche

Se dio cuenta que no le quedaba otra salida, ya no había más puertas abiertas, sólo una. Así que tomó el riesgo y sintió como la adrenalina se apoderaba de ella elevándola completamente a otro estado, un estado de éxtasis total. Se dejó llevar. La música y ella eran una sola, bailaba descontroladamente como si no le importara nada más, como si fuera el fin del mundo, como si le diera igual lo que pensaran los demás que se encontraban allí. Ya no diferenciaba a las personas, sólo veía un montón de manchas moviendose rápidamente a su lado, todo empezó a girar a su al rededor, como tomándole el pelo, tendiéndole una broma. Ella no paraba de reírse, no PODÍA, intentaba calmarse pero no lo lograba, seguía moviéndose como una autónoma al ritmo de la música mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Y de repente, cayó y sólo vio oscuridad, lo había logrado.

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