Cariño mio,
Déjame decirte que tienes una gran responsabilidad en tus manos de la cual debes hacerte cargo. Yo no pretendía llegar a este punto, llegar a ser una completa dependiente de tu amor, pero aquí estoy. No te estoy culpando, ni cerca tienes tú la culpa de esto, solamente te estoy haciendo saber en lo que estás metido (hasta las patas, diría yo). Tú bien sabes que te estuve evitando todo este tiempo, que decía no querer verte ni hablarte, pero simplemente lo hacía porque ya sabía de antemano lo que pasaría de vernos, todo esto. Pero igual me arriesgué, di todo de mi y te fui a ver. No me arriepiento, no te preocupes pero tengo miedo. Un miedo horrible que me llena por dentro, ese miedo que quería evitar en mi pero igualmente llegó y me invadió como nunca antes. Debes tener cuidado, ¿vale? No soy fácil de llevar y seguramente te cause más de un dolor de cabeza diario pero tú me conoces, ya sabías que soy así y quisiste involucrarte. Así que nada, eso. No tengas miedo, basta con que yo lo tenga. Si puedes, intenta decirme que todo estará bien así me aseguro que así será.
Házme sentir que no tengo porque tener miedo, ¿vale?
Te quiero mucho corazón,
Fran.
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