junio 25, 2012

Cada palabra cuenta como motivo.

Arde. Quema. La miras y allí están, tan brillantes como siempre. Se destacan notoriamente, resaltan del paisaje. Las admiras de cierta forma, por tener tanta elegancia y una presencia tan fuerte que te aplasta como a un bicho asqueroso. Son tan bellas, hasta mantienen cierta distancia entre ellas, siempre tan ordenadas e intocables. Si las tocas, arden y chillan del dolor como princesas caprichosas. Hay que tener cuidado, tratarlas con suma delicadeza y cariño, después de todo siempre  van contigo, quieras o no, allí están.

No hay comentarios: